Se dice que cuando la muerte toca a la puerta no existe maniobra que pueda evitarla, cobrando valor la profecía salomónica que pregona ‘todo bajo el cielo tiene su hora’ Ecle: 3-1.
Tenemos como claro ejemplo en la categoria reina del motor en el año 1961 el piloto alemán Wolfgang Von Trips, quien para la carrera del Gran Premio de Italia podía titularse campeón, pero su carro colisiona con el de Jim Clark provocando un fatal accidente en el que termina perdiendo la vida en pista. Sin embargo, se cuenta que de haber llegado a feliz término en la carrera, esa misma noche el joven alemán tomaría un vuelo con destino a la muerte, puesto que ese 10 de septiembre el avión se estrelló sobre Escocia y al parecer no hubo supervivientes.
Bien, contada la reseña anterior y a 18 años hoy de la muerte de Roland Ratzenberger y mañana de Ayrton Senna en un fin de semana que se inició marcado por el fuerte accidente en la variante Bassa del circuito Enzo y Dino Ferrari del que afortunadamente salió ileso Rubens Barrichello, quien corría con la escuderia Jordan, comenzó a mortificar la tarde de los entrenamientos del resto de los pilotos y alteraría el curso de la historia.
Llegó el sábado 30 de Abril de 1994 y los que tuvimos la oportunidad de ver el documental Senna, en las imágenes se muestra a Roland Ratzenberger inquieto y expresa su preocupación de no sentir su vehículo en las mejores condiciones, quizás su presión también aumentaba al ver que había podido destacar cuanto el esperaba y ya solo le quedaba después de Italia hacer una carrera mas de su autofinanciada estadía en la Formula uno. Y con él llegó la primera tragedia que mancharía el Gran Premio de San Marino, el austriaco pierde el control en la curva Gilles Villeneuve y se estrella contra el muro, declarándose su muerte horas después. Aunque las dudas nos hacen pensar que murió en pista, se aprecia en el rostro de Ayrton Senna quien se acercó a la escena donde los médicos socorrían a Ratzenberg.
Sin embargo, el espectáculo continúa y llego el 1ero de mayo, tras una accidentada salida, el coche de seguridad tuvo que asistir las primeras vueltas. Detención de carrera, relargada, séptima vuelta, Ayrton Senna a la cabeza, curva de Tumburello y nuevamente aparece la fatalidad en Imola, ésta vez el 3 veces campeón del mundo brasilero muere. El resto de la historia la conocemos… la máxima categoría automovilística pierde a un piloto que aspiraba destacarse y otro que daba el todo por la victoria como simple hecho de ser un vencedor.
Nos leemos en el próximo café.