Café con compromiso

Un alto al racismo.

 

Días atrás daba un vistazo a la prensa, leyendo notas de prensa de mi país mas allá de la política, tema que ya resulta un tanto agotador, entre tanto toma y dame, las pocas notas que causan alegrías son la música y los deportes, saber que nuestros deportistas, equipos y músicos logran destacarse a base de sus esfuerzos es algo que nos llena de orgullo, amén de recrear un poco el panorama sobre la división política de Venezuela. Me detuve exclusivamente en un titular que me causo mucha vergüenza,  un tema por el que siempre discutiré con cualquier persona en el mundo: el racismo. Un asunto de cierta sensibilidad mundial, y que en Venezuela pasaba desapercibido hasta el gobierno de Chavez. Es que también esto le tenemos que señalar a este señor, el difunto  llego a jugar con la mente del venezolano hasta ese punto de hacerle creer que se le puede despreciar por su color de piel. He de recordar la anécdota poco antes de mudarme a Brasil de un paciente, que se negaba a pagar el valor de la consulta de la que fue atendido, aludiendo que queríamos aprovecharnos de él por ser moreno.  Solo de recordarlo me vuelvo en cólera, pero como no acostumbro a quedarme con la boca cerrada, tuvo su respuesta. Mi secretaria me miró atónita ante la respuesta que le di, y acto seguido llamó al jefe, quien 2 segundos mas tarde me llamaba para comprobar si lo contado por Gladys (la secretaria) era cierto,le dije que si, y con una carcajada me felicitó.

 

Pienso en esto como algo que me alarma, porque siendo los venezolanos una mezcla del indígena, blanco, negro, mestizo y mulato raza que con los años ha convertido a nuestras mujeres entre las mas bellas del mundo, y los hombres con un sex appeal muy deseado, tenga que leer que atacan a las personas con actos de racismos activa la alarma de todo los valores que se han perdido. Y no conforme, ese señor que hasta hace unos 15 años les llenaba de orgullo sin importar su color de piel, cuando en los años 90 a nadie le importaba donde había nacido ni el color de piel de Carl Herrera, y nos vanagloriábamos de tener un venezolano en la NBA.  Especialmente en el Zulia, cuando en los juegos centroamericanos y del Caribe realizados en Maracaibo 1998,  Don Carl Herrera vino a defender a nuestra selección nacional, por ser venezolano, y no defendió la de su natal Trinidad y Tobago.

 

Me crea una indignación que se queda corta en palabras, especialmente por la falta de identidad del venezolano. Leer que un grupo asistente a un partido de baloncesto que deben ser muy miserables como personas, usan la herramienta de la ofensa para alterar a quien tiene una carrera y una vida destacada y como no tienen argumentos válidos atacan el color de piel. Tal cual fanáticos del fútbol que en mas de una ocasión han atacado al jugador Balotelli, los zulianos lo han hecho con Carl Herrera, quien dirige la selección de baloncesto Gigantes de Guayana, uno de atacantes tenía en sus manos un racimo de cambures con una máscara de Gorila, acompañado por una pancarta que tenía dedicatoria: “Con amor para Carl”, parece un copia palurda sobre la fanatizada de la liga europea verdad?. Si bien, el zuliano es destacado por su pesado humor, razón por las que Geremy Gonzalez (Q.E.D) juro no volver a jugar con el equipo de la tierra zuliana, creo que a estas situaciones hay que ponerle límites.  Ademas he de decir, que Carl Herrera es un caballero, palabra que el venezolano ha expulsado de su léxico. Lo digo con propiedad recordando los juegos centroamericanos de 1998, siendo Galeria’s el mall del momento en el Zulia, todos los deportistas eran llevados al lugar, y Carl Herrera no fue la excepción. Protegido por el equipo de seguridad quienes tienen la costumbre de creerse mas que la estrella, lo custodiaban en su paseo, y obvio, yo, en mi ataque de fanática incontrolable, aunque fue mas de fanática impactada al ver la estatura del joven, comencé a correr escaleras abajo para llegar primero que él quien iba por las mecánicas, y a la salida del mall yo dar el llamado con voz fuerte, «Carl detente, quiero un autógrafo», Lo mejor no fue conseguir su firma, sino escucharle decir, «Si con ese tamaño y esa carita hiciste detener en pleno sol a 5 hombres, con 10 centímetros mas estoy seguro que ya el mundo seria tuyo». El complejo de estatura no es de ahora, pero literalmente le llegaba al codo, me sobraba mucho Carl para alcanzar verle los ojos.

 

Esa es la sociedad de hoy en nuestra Venezuela, que no solo ha retrocedido años luz en lo económico y político, pero en lo social no parece ser un retroceso, sino una pérdida invaluable y que la brújula no puede encontrarse. Bien sabemos que la ciencia señala al hombre como la evolución del simio, pero hay muchos lugares donde esa evolución no ha llegado, mientras que la teoría teológica, hace rato que no se donde encontrarla. Es cierto que no todos somos iguales, porque los grandes se distinguen sin necesidad de ofensas, pero los mediocres las necesitan para destacar. Basta de racismo ya!

 

 

 

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