Hoy me tomo el atrevimiento de crear una historia, para honrar la memoria de 4 personas, cuyas vidas, fueron vilmente arrebatadas por la maldad humana. Quizás mayoría de los venezolanos poco recuerden el caso, pero para muchos, Miguel Rivas y los Hermanos Faddoul, habrán muerto, pero no olvidados.
Quiero acalarar que los primeros párrafos han sido escrito por mí, para darle vida al texto. No soy cercana a la familia, no tuve, ni tengo más relación o información más de la que leí en diarios y noticieros informativos, durante los meses de febrero, marzo y abril de 2006 sobre aquella tragedia familiar. Confieso, como madre y ser humano, lo sucedido tocó mi corazon y cada año, trato de rendirle honor a aquellas 4 almas.
Felices un día más de estar de vuelta en su ciudad, aquellos jóvenes iniciaban su día, muy temprano, como de costumbre en la capital caraqueña.
El desayuno en la mesa, correr la silla, para poner a Kevin en su puesto, y como siempre mamá esperándome con la sonrisa pues.
En la casa de Miguel, su mujer ya había planchado su camisa, hecho el café y puesto el desayuno 1 hora antes. Miguel se encontraba de camino a su trabajo, mientras en la otra casa, ya estaban preparados todos a su espera.
El timbre sonaba, era Miguel para indicar que el carro estaba ya en posición de salida para llevar a los chicos. Jhon padre y Jhon hijo hablaban de la fiesta de 18 años que el joven chico quería organizaar para celebrar con sus amigos. Jason empujaba la silla de rueda de Kevin hasta la salida, donde Miguel los esperaba. Era un jueves por la mañana, el fin de semana casi se iniciaba, los carnavales estaban a la vuelta de la esquina, aquel tan esperado viaje a la playa les hacía ilusión a todos.
Son las 7 de la mañana y hay que partir, sino el tráfico de la ciudad no perdona. Hay que llegar a tiempo, ser responsable es un valor importante en la familia. Gladys y Jhon, ayudan a Miguel a subir a Kevin al vehículo. Gladys, le da un beso en la frente como acostumbra todos los días. Jason hace una travesura que le arranca una carcajada a todos en el garaje, también recibe su beso por parte de mamá y una palmada de cariño de parte de su papá. Jhon se que ya al frente, como líder de los hermanos. La costumbre de pedir la bendición no faltó y como cada día, la oración de Gladys al ver el coche partir, tampoco. Su miedo y su angustia seguían allí alojado en su corazón. Pero su fe era mayor.
Jhon padre, marchó a la oficina, Gladys a sus deberes. Los niños estaban en buenas manos, Miguel había estado bastante tiempo con la familia. Era un buen tipo, también con una bonita familia.
La luz del hermoso cielo capitalino y el hermoso verdor del Ávila aparecían frente a los ojos de los chicos, quienes hoy podían verla un poco más detenidamente, porque había algo de tráfico. Una alcabala móvil. Al tocar el turno de los chicos, le piden al chofer que detenga el vehículo al lado para una inspección. Algo parece no ir bien, pero Miguel no entiende y está seguro que no hay nada a temer, pot lo que no baja del auto, y està observando los rostros de los policías. 1 minuto más tarde, las 4 puertas son abiertas y 4 personas más suben al vehículo. Los ojos de los 4 pasajeros son vendados, y las manos atadas. Ahora su mundo se hace negro. Se preguntan que pasa. Jhon volvía a vivir esta pesadilla, sabía bien lo que está pasando. OTRO SECUESTRO. Pide a sus hermanos que tengan calma y paciencia. Papá y mamá pronto solucionarán esto. Estaba confiando.
Miguel supo también lo que estaba pasando, entendió además que su vida peligraba más que la de los chicos. Él era un simple chofer, no tenía fortuna ni su familia se podía dar el lujo de pagar un rescate por él, pero era un testigo y esto ya ponía su vida en riesgo.
Tras una movida mañana finalmente son alojados en algún lugar. Sus ojos siguen vendados al igual que sus manos atadas.
Transcurren los días y no pasa nada, siguen allí. Han perdido la cuenta de cuantas noches están allí encerrados. Miguel y Jhon se preocupan por Kevin, necesita su tratamiento, Jason siempre se mantiene cerca de él. Tratan de mantenerse unidos, darse calor uno a los otros. Jhon no entiende porque sus padres han demorado tanto en pagar rescate. Sabía bien como esto funcionaba.
Los delincuentes lo llevan a otra habitación, le dicen que sus padres no quieren pagar rescate, es forzado a grabar un vídeo como fe de vida y le pide a sus padres que paguen lo acordado, que los delincuentes no piensan ceder y que de lo contrario, los matarían.
Al otro lado de la vida, Gladys, Jhon, familiares y amigos hacían lo imposible por conseguir el dinero. No tenían todo lo que pedían. Intentan negociar. Gladys sigue refugiada en su fe. Confía que el ángel de la guarda de los niños y Miguel no fallen. Intenta mantenerse serena, pero por dentro su corazón está en pedazos.
Yo no sé cuántos de ustedes que leen esto hayan perdido un hijo, cuantos hayan tenido un familiar secuestrado… Yo si he tenido las 2 malas experiencias y no imaginan lo duro que es reponerse a la pérdida de un hijo o cuanto daño causa en tu entorno socio- familiar el secuestro.
Maldita sea la hora en que Venezuela perdió el rumbo, no comprendo en que momento, los valores se perdieron. Como fue posible como sociedad caer tocar fondo. Peor aún seguir permitiendo que un gobierno, llene nuestros organismos públicos de delincuentes. Allí está la principal causa de nuestro mal.
El ángel de la guarda no falló, la fe de Gladys no desmayó, la solidaridad de todo un país se dejó ver, el gobierno poco se manifestó y el dolor a todos nos abatió.
La familia Faddoul quedó sin hijos, la mujer de Miguel quedó viuda, y su hijo huérfano de padre.
Hago la historia corta, no fue posible pagar el rescate. El monto pedido por rescate fue rebajado, pero por desgracia la negociación no pudo lograrse a tiempo. Como Gladys lo expresó en su carta, sus hijos no nacieron para ser negociados. Y yo agrego, que aquellos chicos y Miguel tampoco tenían la culpa de ser víctimas de personas sin almas, que por el hambre de dinero fácil, fueran capaz de causar el más grande de los daños a unos padres. Matar el alma.
Venezuela les dio la Vida y Venezuela se las quitó. Descansen en paz: Miguel Rivas, Jhon Bryan, Kevin José y Jason Faddoul.
Appreciate your blogg post