
Apatía, conformismo, casi autocomplacencia. Esa es la imagen que Sebastian Vettel está dando tras las primeras carreras de esta temporada. Quizá marcado por la gran superioridad de Mercedes en la que parecía, la temporada del fin de la hegemonía de la marca alemana. Quizá atemorizado por la llegada de un Charles Leclerc que no iba a ser mera comparsa ni escudero como Kimi Räikkönen. Lo cierto es, que la imagen de Sebastian Vettel en este 2019, no está siendo la de un tetracampeón del mundo que ha de “tirar del carro” en un difícil momento como el que está pasando Ferrari.
Un gran piloto, cuanto más un campeón del mundo, debe de hacer bloque con el equipo y asumir galones fuera del monoplaza cuando vienen mal dadas. Dentro del cockpit, ha de dar el “extra” que no tenga el coche en ese momento, pero que si se presupone que tienen sus manos y su forma de gestionar la carrera cuando hablamos de un campeón del mundo. Lejos de ello, vemos a un Vettel que casi parece conformarse con ir quedando delante de Charles Leclerc carrera tras carrera, sin poner la mira telescópica en Brackley. Parece que le bastara con seguir sintiéndose y siendo considerado como el primer piloto de los de Maranello, dada la amenazante figura de un, sin duda, futuro campeón del mundo como Charles Leclerc. Puro conformismo que un tetracampeón no debe tener.
Lo preocupante para el piloto alemán de todo esto, es que ya se ha convertido en un “sospechoso habitual”. Si bien entre 2010 y 2013 ganó cuatro mundiales consecutivos, no menos cierto es, que lo hizo con un coche abrumadoramente mejor al resto, y, a pesar de ello, en dos de esos mundiales el título lo logró justo en la última cita del campeonato.
Cuando las tornas cambiaron y Mercedes pasó a gobernar de manera casi insultante la Fórmula 1, Vettel no fue capaz de sacar la cara en pista por Red Bull, sí lo hizo un Daniel Ricciardo que aterrizaba en aquel 2014 en Milton Keynes consiguiendo victorias para los austriacos en aquel difícil año.
Ya en Ferrari, cuando por fin tenían un monoplaza a la altura de Mercedes, algo que ocurrió mediada la temporada del pasado año, Vettel volvió a fallar, esta vez en los duelos con Lewis Hamilton. Volvía a quedar retratado.
Pero esta temporada, la imagen esta siendo incluso peor, y pese haber conseguido cruzar la bandera a cuadros en primer lugar, la polémica penalización recibida durante el Gran Premio De Canadá, le quitó el brillo a lo que pudo haber sido su primera victoria en esta temporada .
Nadie dice que el alemán no sea uno de los pilotos de más alto nivel, pero desde luego, pese a sus cuatro mundiales, no es de los mejores de la historia.
Artículo Escrito por Daniel Guillén, quien se estrena como colaborador del blog.
Magnífico analisis