Serena Opina

¿Venezuela, Krakozhia o un ridículo cuento sin gracia ?

CruzDiez

Desde hace un buen tiempo veo con preocupación aquello en lo que se convirtió Venezuela, o mejor dicho, la Venezuela de Chávez y el regalo a Maduro. Cuando el difunto Chávez ganó sus primeras elecciones fue mi primera vez al voto, con orgullo digo, jamás voté por él. No creo que a los 18 años tuviera la edad suficiente para saber si él sería el presidente más indicado para el periodo que comprendía los años 1998-2003, pero con sólo sus antecedentes de Asesino y golpista muy bien entendía que no era el tipo de persona para confiar. Y con el paso de los años, vi como sembró su cáncer de odio y maldad entre sus seguidores. No puedo decir que eran personas de bajo recursos económicos, porque no todos sus seguidores eran de baja clase social. Habían desde reconocidos  abogados, profesores universitarios, comeflores socialistas, los que creen en pajaritos preñados, a los que le gusta la vida fácil, a los que no tuvieron oportunidades, a los hippies de paz y amor, a los que nunca tuvieron nada, a los resentidos sociales, a los que sus padres quisieron darles un ejemplo y ponerle mano dura, etcétera. Con su gobierno comenzó a desmembrarse  la sociedad. Comenzó la división de los venezolanos:  Rojos y capitalistas. Rojos y apátridas. Luego fuimos, los escuálidos, término que repetían cual eco, sin saber que diablos significaba.

Empezaba también y sin muchos darse cuenta la escasez de algunos productos. Un día faltaba leche, otro día faltaba azúcar, otro día no había carne, y tras el sinfín de expropiaciones que el cáncer viviente para entonces vociferaba en sus discursos, destruía el motor económico del país. Pero sus seguidores seguían creyendo que era culpa del “imperio” de la “cuarta ” y de una guerra económica que él mismo desató destruyendo toda la empresa privada. Acabó además con un gran número de empresas de servicios petroleros, despidió a un 90% de capacitados profesionales quienes mantenían estándares de calidad en la empresa que era la número 1 en el mundo “Petróleos de Venezuela”. Hoy  llamada PDVSA, que pasó a ser un prostíbulo y en nombre de unas supuestas obras sociales, terminó financiando las cuentas personales de la familia de los Chávez y todo su gabinete gubernamental.

Don Cáncer tenía un plan de destrucción llamado Comunismo que disfrazó  de “socialismo”, pero no contó con un detalle, su nombre comenzó a sonar por el mundo y se enfermó de ego, de fama y esto lo llevó a perder el control de su plan. A regañadientes sus tutores -Los Castros- lo traían a fuerza de vuelta. Obviamente Don Cáncer, también era otra marioneta de aquellos dictadores de la isla que no pudieron en sus años mozos, tomar las riquezas de mi país, Chavez se lo servia en bandeja de plata.

Por estos años  muchos venezolanos salimos del país, excusas diversas, motivo el mismo. Venezuela, perdía cada vez más empresas nacionales quienes se iban a la quiebra por faltas de divisas, la devaluación de nuestra moneda consumía a todo aquel que quisiera tener ahorros o hacer inversiones y por otro lado el país se convertía en el paraíso de la delincuencia común, Chávez en su empeño por defender su “revolución” creó y dotó de armamentos a los “colectivos”, sus guardianes.

También seguía regalando nuestro dinero a manos llena a cuanto modelo comunista fracasado conseguía en el camino. Y por supuesto, la manutención a Cuba. ¡Eso nunca faltó! Al mismo tiempo, más personas provenientes de esa misma isla, seguían entrando a nuestro país para trabajar en nuestras instituciones públicas, siendo la más peligrosas, las del Centro Nacional electoral (CNE) y el Saime. Esto preocupa a mucha gente en el país y se empieza a ver con asombro la fuga de más capital humano y del mismo modo, el asombro crecía cuando aun en los medios de comunicacón daban cifras de los muertos a cada fin de semana en el país.

Transcurren 15 años, sembrando cáncer de odio, de mediocridad, 15 años de vandalismo, de corruptos, de facilistas, de mantener vagos, de alimentar parásitos y malandros de cuello blanco,  de manipular marionetas resentidas,  de la maldición chavista. Don Cancer bebió tanto de su veneno, que de eso murió, no sin antes hacer de él mismo un Dios, y que sus lacayos creyeran que dejaría un Cristo, Un Salvador.

Maduro El Heredero:  Un extranjero, quien tiene miedo aún de mostrar su partida de nacimiento. Un Don Nadie, convertido en nuevo rico y con poder, sin siquiera saber leer bien, ridiculizándose cada vez que abre la boca, violando derechos humanos, asesinando jóvenes, haciendo mas larga la lista de presos políticos.  Mintiendo, creando caos en cuanto a salud y seguridad social se refiere. Abusando del secuestro de los poderes públicos, burlándose de la voluntad de los electores. Haciendo difícil conseguir documentos de identidad a los venezolanos. Y mientras tantos sus sobrinos envueltos en grandes negocios de narcotráfico, con pasaportes diplomáticos. Así como una gran cantidad de extranjeros que ni siquiera saben hablar nuestro idioma, quienes poseen nuestro pasaporte sin ningún inconveniente.

Chavez y Maduro convirtieron en nada el país que un día fuimos, del que ya no hay mucho, si es que acaso queda algo. De la generación que haría brillar a Venezuela, en Venezuela ya no está!. Esa generación de relevo, de excelentes profesionales los encontramos por el mundo, haciendo de tripas corazones, unos pocos con algo más de suerte, ejercen sus profesiones y se destacan. Pero por otro lado encontramos Médicos, educadores, abogados, radiólogos, petroleros, informáticos, comunicadores, técnicos, ingenieros, enfermeros, los vemos convertidos en barrenderos, cocineros, repartidores de periódicos en algún lugar del mundo, prefiriendo hacer esto, a tener que vivir con la incertidumbre de si volveremos o no a casa. También, en “El Imperio” encontramos mucho “socialista del siglo 21” empresarios quienes con chequera venezolana hicieron su agosto, dieron las gracias y se marcharon.  Del país en vías de desarrollo solo se desarrollo la pobreza, el hambre, la delincuencia, los secuestros,  la escasez de medicamentos, la rabia, la infancia nuestros hijos de encerrados en casa, y el peor de todos los males, El Miedo.

Y en el torbellino de mis emociones y tras intentar redactar y poner en letras lo que han sido los años de Don Cáncer y su heredero, me consume la rabia y busco palabras no desagradables para explicar eso que parece un cuento ridículo. Por otro tanto, me desvelo a cada noche orando por todos nuestros héroes de este 2017, quienes luchan por querer solo Una Venezuela Mejor.  Despierto preocupada y sintiendo el mismo dolor de cada madre que pierde a un hijo o la que espera a su familiar en casa porque fue maltratado por los uniformados en cada día de esa lucha.  Yo, en un país tan lejano, todavía esperando mi documento de identidad, buscando en cada venezolano que encuentro aquella Venezuela en la que nacimos y siento como si de repente soy Viktor Navorki (Tom Hanks) y que  Venezuela es Krakozhia, en aquella película llamada “The terminal”. Como él, se bien que nací en Venezuela, y fui muy orgullosa de haber nacido en ese lugar, y que no es mi culpa lo que está viviendo.  Y también como él, y como muchos otros,  temo que entre Chavistas, Madurista, Cubanos, Chinos, Revolucionarios y el montón de pendejos que los apoyan,  uno de estos días en algún lugar del mundo me digan, señora su país ya no existe más y acabe como la letra de aquel Adagio llamado: Anytime, Anywhere.

Por si les interesa, aquí una poco de la letra.

‘Case son’ cambiate.

Voci son’ diverse.
Era la mia città.
Non la conosco più.
La ora io sono solo un’ estranea
Senza patria’.

Many years have passed
Lives have changed
It was my city
I do not know it anymore

And I’m just a stranger without native land’.

Espero escribir mas a menudo,

Serena Navarrete.

@SerenaRF1

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